Los años chaqueteros v4.0



Era la primera vez que me gustaba alguien, quería todo con ella, quería que fuera mi primera novia, a la que le diera mi primer beso ya como novios, alguna vez me llego el rumor que le gustaba desde primero de secundaria pero en ese entonces era un pendejin cualquiera que todavía veía las caricaturas con su chocomilote a un lado (no es que ya no vea las caricaturas, ahora lo veo con una chela, a huevo), y ahora en segundo realmente me gustaba mucho, buscaba cualquier pretexto para estar cerca de ella, cualquier reunión que hacían iba con la esperanza de verla, tal vez era demasiado obvio, todos ya sabían que me gustaba y por supuesto ella también lo sabía, solo que se hacía pendeja, se aprovechaba de mi situación para pedirme cosas, me mandaba a comprar y ahí iba don pendejo con tal de quedar bien, mis amigos me decían que esperaba para “llegarle”, como si fuera tan fácil cabrones, solo me limitaba a decirles eso, ellos me contestaban con un rotundo no mames, solo dile y ya, que puedes perder, entonces sucedió, un día cualquiera me arme de valor, tome la firme decisión de “llegarle” a la hora de la salida, cuando se hace un desmadre porque todos como desesperados ya quieren irse, ese día estaba de suerte o el espíritu santo estaba de mi lado, por alguna razón ella quedo a lo último, ya casi todos se habían ido y los que quedaban eran unos muebles mas del salón, me encontraba bien nervioso, iba a ser la primera vez que le decía a alguien si quería ser mi novia, ella seguía adentro del salón, yo como pendejo afuera en el patio esperando el momento oportuno para encontrarme con ella, mis amigos a lo lejos se reían de mí, ella salió sola del salón, completamente sola, era raro verla así, siempre andaba con sus amigas, era mi única oportunidad para decirle todo, antes de hablar con ella mis amigos me habían dado consejos sobre cómo decirle que me gusta, como hablar, y como pararme en esos momentos, consejos que valieron madre, se me olvido todo cuando le grite y me acerque a ella (la verdad para estas cosas era y sigo siendo bien wey, me pongo muy nervioso, no sé qué decir, ni que hacer).

Medorio: - hola – (pendejo, si desde la siete de la mañana la habías visto y platicado con ella, como hola cabron).

Julia: - ¿que fue?

Medorio: - este… he… - (temblando, sin saber que decir).

Julia: - ¿qué te traes?, dime, ¿qué fue? – (con cara de que hago como que no sé nada, y claro que si sabía lo que le iba a decir, si ya todos los del salón lo sabían).

Medorio: - (con mucha pena y sin verla a la cara) – que si quieres ser mi novia, es que me gustas mucho.

Julia: - ha, eso – (ya lo sabía wey, pero pongo cara de sorprendida).

Medorio: - (sudando frio y todo orinado, pero bien contentote porque sabía que me iba a decir que si) – sí, eso, ¿aceptas?

Julia: - pues no se – (con cara que si acepto pero te estoy haciendo sufrir pendejo).

Medorio: - porque no sabes – (casi casi celebrando porque esta vieja ya cayo).

Julia: - es que tengo novio, mejor quedamos como amigos, te parece.

Medorio: - plop.

Después de eso por toda una semana soporte el castre de los weyes del salón y salones vecinos que por alguna razón se enteraron de mi ligue. La verdad que después de eso aprendí muchas cosas, me sirvió para tener confianza en mí mismo, que tienes pocas o nulas posibilidades de andar con alguien que tiene novio, que a las mujeres les gusta que le digan las cosas frente a ella, cara a cara, viéndola a los ojos, que te vean seguro de ti y de lo que dices, tener los huevos para decir lo que sientes sin importar el resultado, lo peor que puede pasar es que digan un rotundo no y ya, no pasa nada.

Meses después me llego el rumor que ella ya había terminado con su novio, así que ahí va nuevamente don pendejo a decirle otra vez lo que siente, esa vez fue diferente. Entre con mucha seguridad al salón, no me importo quien estaba, solo me limite a buscarla, de repente una voz desconocida me pregunto a quien buscaba, ¿porque interrumpía la clase?, y en efecto me había equivocado de salón, el cual no me importo y con más seguridad que hasta el día de hoy me sorprende, entre a mi salón fui directamente a ella, como era costumbre estaba con sus amigas, el salón estaba lleno, esperando a que llegara el maestro, sin titubear en frente de todos le pregunte si quería ser mi novia, el resultado fue el mismo, el castre fue peor, pero me valió madre, al menos tuve los huevos para decirle lo que sentía sin importar que no estuviéramos solos, esa vez fue mas de orgullo que de querer tener novia, no, la verdad es que si quería andar con ella.


Medorio.


Como cambiar una llanta



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A causa de esta madre que se clavo en la llanta de mi “Mini Cooper” disfrazado de Chevy me vi en la necesidad de cambiarla, la verdad que lo intente varias veces pero los birlos no se movían ni tantito, ni con la cruz, ni rezando tres padres nuestros, ni a chingadasos, por más de media hora lo intente sin ningún resultado, así que mejor busque a un hombre para que lo cambiara.

El samaritano en cuestión muy amablemente se ofreció en ayudarme, era un tipo de escasos ochenta años, caminaba con la ayuda de su bastón el cual me ofrecí a sostenerlo mientras cambiaba la llanta, en menos de cinco minutos lo cambio sin ningún problema y ya en carrereado quería cambiar las otras tres, pero muy amablemente le dije que no era necesario, además que por mi culpa iba llegar tarde al cumpleaños de su abuelo, eso si me iba apenar mucho, me despedí del señor dándole las gracias, me ofrecí a llevarlo pero dijo que no, quería caminar en el aire fresco de las tres de la tarde, además el doctor le recomendó caminar para ejercitar su marca paso, me fui de ahí viendo en el retrovisor como se alejaba y sobre todo viendo como el señor cumplía su última voluntad.


Medorio.


Los años chaqueteros v3.0



Se me había hecho tarde para ir a casa de Emanuel, me había quedado dormido, nos quedamos de ver a las cinco para jugar Nintendo y ya era más de las seis, ya tenía todo listo, controles ya, juegos ya, película porno ya, todo lo había echado en la mochila, estaba a punto de salir cuando alguien toco con desesperación el portón, era Edgar y Edson, les dije que pinche desesperados son, ya estaba por salir, fue en ese momento que vi por primera vez a Edgar con algo de lagrimas, con su cara de niña arrepentida por haber perdido su virginidad, el wey de Edson me decía que los ayudara, que le avisara a mi mama para que nos ayude, con mi cara de que pedo le pregunte ayudarlos en que, que les había pasado, por que traen esa cara de susto como si alguien los hubiera querido violar, entonces sucedió, Edgar levanto el brazo con expresión de dolor, enseñándome como había quedado su brazo después del madrazo que se dieron al estrellarse con un poste cuando venían a buscarme, la verdad que si me espante al ver el brazo de este wey en forma de U, no sabía qué decir, lo único que pude hacer y que todo hombre haría a esa edad es gritarle a su mama para que nos saque del problema, en efecto le grite a mi mama que salió a regañarme por estar gritando a lo wey, le contamos rápido lo que pasaba y sin pensarlo lo llevo al hospital, mientras que nosotros íbamos a la casa de Edgar para avisarle a su mama lo que había pasado.

Con las prisas mi mama no dejo nada de dinero para poder ir a casa de Edgar, el cual no quedaba lejos, pero si nos íbamos caminando nos tardaríamos más, Edson sugirió irnos en la bicicleta que traían, con el riesgo de estrellarnos en algo por no traer frenos, mejor decidimos irnos caminando para llegar completo, en el camino le pregunte a este wey como es que se les atravesó el poste, al terminar el relato no parábamos de reírnos de lo cagado que estuvo el madrazo.

Según la versión de Edson y que después Edgar colaboro los hechos, estos dos weyes le pidieron la bicla a Emanuel para irme a buscar por estar tardando tanto (después les dije que me habían puesto a limpiar no se que, nunca les dije que me quede dormido), como Emanuel se caracterizaba por ser un pan de dios, este cabron no les advirtió que la bicla no le servían los frenos, y no dijo nada por huevones, no sé porque querían la bicla si Emanuel vivía a cinco cuadras de mi casa, estos weyes por ir jugando en la bicla y además que Edgar iba pedaleando y Edson llevaba el manubrio, un carro se les apareció al dar la vuelta ya para llegar a mi casa, por no estrellarse con el carro Edson giro de golpe el manubrio y fueron a dar directo a un poste, Edgar por meter la mano, el brazo se le doblo por el peso de Edson, quedando entre el poste y Edson haciendo palanca, Edson se paro rápido pero vio que este wey seguía tirado revolcándose del dolor, como siempre todos los chismosos salieron, una vecina gorda lejos de ayudar empezó a decir que ese brazo ya iba a quedar así, que ya no se iba a componer y otras pendejadas mas, este wey solo se limito a decir, no mame pinche vieja lo está espantando mas, como pudo lo levanto y lo llevo a mi casa, y lo demás ya es historia.

Aquí está la dramatización de los sucesos antes mencionados (ay wey):


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Medorio.

Pensando en ella

Sábado por la mañana…


Por alguna extraña razón se me ha hecho tarde, el destino es tan cruel conmigo que me hace una mala pasada, como si quisiera cobrarse por todas la veces que no he tenido el valor suficiente para voltear, mirarla cara a cara, verla fijamente a los ojos, que nuestras miradas se enlacen por un instante, mi timidez me hace mirar fijamente al punto rojo que se encuentra frente a mí, he sentido su mirada pero nunca volteo a verla, daría lo que sea porque el rojo fuera eterno, espero tener suerte de coincidir con ella, tener valor para voltear, sonreírle, con una leve señal le hare saber que está presente en mis pensamientos, en mi alma, en todo mi ser. Una vez más el destino me ha dado la espalda, llegue tarde a la cita de todos los sábados, me invade una profunda tristeza, algo me dice que este día no será nada agradable.


Algún día el destino la pondrá nuevamente en mi camino, entonces daré las gracias por la oportunidad que se me ha presentado, y a ella… a ella le diré gracias por haberme hecho muy dichoso con su mirada, por alegrarme los sábados con su presencia, por los días sin poder dormir pensando en ella, solo en ella, y sobre todo le daré las gracias por estar aquí y ser parte de mi vida.


Medorio.

Todos somos hijos de un naco



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Ha chinga, ha chinga, Chuchin también es naco …

Medorio.

Choco aventuras de Axila: “¿Tu mamá ya trabaja?”



Me dijeron que escribiera alguna pendejada sobre el diez de mayo, como si mis comentarios tuvieran relevancia, así que aquí esta don pendejo escribiendo, la verdad no diré nada de este día, solo me limitare en respetar lo que piensan sobre este magno evento de celebrar a las “mamases”, no me meteré con las jefecitas de cabeza de algodón de alguien, mejor les contare otra choco aventura de mi cuate el axila que tiene cierta relación con este día.

Cuando eres puberto tus albures eran la forma de sentirte lo máximo, como diciendo que cabron soy porque me chingue a este wey, la verdad es una mamada y ahora ya mas peludito te das cuentas que esos albures estaban bien pinches. A qué viene el albur con la choco aventura de axila, porque el wey de axila nunca le salía los albures, y porque no le salía, simplemente era muy inocente o muy pendejo para alburear, la verdad me quedo con lo segundo, recuerdo una vez cuando llego el pinche Edgar y le pregunto al axila si su papá ya trabaja (para los que son inocentes como axila el albur es papaya, papaya se relaciona con… mmm pues con la papaya, olvídenlo) y este wey dijo que si, ya saben, el castre y risas por haber albureado al axila (que mamada), como axila no quería quedarse atrás en el mundo del albur decidió preguntar lo mismo al primer pendejo que se dejara, era de esperarse, la pregunta fue a mí:

Axila: - oye wey ¿tu papá ya trabaja?
Medorio: - no ¿Por qué?
Axila: - (sin saber que decir) – mmm, bueno, ¿tu mamá ya trabaja?
Medorio: - plop – (riendo con los demás weyes que estaban ahí).

Pinche axila como era pendejo, sus inicios en la albureada no dieron fruto, desde esa vez ya no se le escucho decir e intentar hacer algún albur, solo se limitaba a reír cuando alguien salía albureado, la verdad no se dé que se reía si no le entendía ni madre, otro misterio mas del universo.


Medorio.

Ya no es el Papa John


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Cada chingaderas que dice el pendejo del Papa Benedicto, ahora se le ocurrió decir que apoya la excomunión de los políticos que tomaron la decisión de legalizar el aborto y claro, también a toda aquella vieja que lo practique, médicos, enfermeras y demás, la verdad eso me vale madre, lo que si da ternura es escuchar este tipo de pendejadas, como si en esos momentos fuera lo más importante, ya me imagino a una vieja que fue violada o los que cometieron el error de no cuidarse estén pensando en la excomunión, ahora sí que no mamen, que pinche mentalidad del papa y sus secuaces, recuerdo un caso de una vieja que fue violada, en ese entonces era una niña, se hizo un escándalo por que esta vieja pensaba abortar, y como era de esperarse la iglesia de metiche no la dejo, salió con esa mamada de ser excomulgada, el Dios que permitió que la violaran ya no iba a cuidarla si ella se practicaba el aborto, hace poco vi un reportaje de ella donde se veía su carencia, y su frustración por no poder mantener a su hijo, y la pregunta es donde madre esta la iglesia para apoyarla, la iglesia que la señalo y no permitió que abortara, mientras que el papa y sus secuaces se dan una vida de reyes, esta vieja le cuesta una chichi y la mitad de la otra para mantener a su hijo.

Porque escribo esto, la verdad me preocupa ser excomulgado por apoyar el aborto, soy de la idea de no traer otro chamaco al mundo, para que si ya hay muchos en la calle, ya hay muchos en espera de adopción, para que si solo va a estorbar, tendrán carencias y sobre todo les faltara cariño (ya me estoy poniendo sentimentalón), en pocas palabras solo va a sufrir, por eso es mejor un aborto, lo malo es que seré excomulgado gracias a los pendejos que manejan la iglesia y que recibieron órdenes directas del Dios que permite hacer todas estas chingaderas.



Medorio.

Los animales me quieren



Hoy como todos los días desde la tranquilidad de mi casa me disponía a echar la hueva pero antes entre al “mesinyer” y así quitarme un poco de estrés, la verdad no se dé qué, pero me valió madre así que entre y punto, ya estaba en mi destino entrar y conocer otra admiradora mas, este pendejo(a) en cuestión me empezó a decir lo mucho que me admira y me desea, pero para que les cuento aquí está la conversación y vean como me quieren.

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Lástima que fue muy corta esta plática amena, espero tener más conversaciones de este tipo, me cae que me divierte platicar con gente así y darme cuenta que existen personas con poca imaginación para insultar y sobre todo saber que hay alguien más pendejo(a) que uno.


Medorio.



Mas cosas que no sabían de mi y que les vale madre saber



La primera vez que se me paro la pilinga fue bien raro, estaba sentado muy tranquilamente viendo un bailable donde estaban unas viejas que se levantaban la falda y que me da hueva explicar, cuando me quise parar sentí un bultote debajo de mí trusa del pato Lucas, me senté bien rápido y sin saber lo que me pasaba, lo peor de todo fue que ya nos íbamos y mi mama me gritaba que ya me levantara porque se nos hacia tarde para ir no se a donde, sentía que todos me miraban o más bien que miraban mi bultote.

De niño me gustaba jugar solo, no era de esos niños que acostumbran ir a casa de su amiguito a jugar, también me daba mucha hueva que fuera alguien a mi casa, la verdad que no me gustaba ni tantito, disfrutaba mucho el hecho de estar solo con mis juguetes y no es que fuera mamon con mis cosas o envidioso, simplemente me gustaba jugar solo, recuerdo que ordenaba mis juguetes por colores, tamaños, tipo de juguete (carros, muñecos de play móvil, luchadores de plástico, etc.), a veces mis papas o algunos tíos castrosos escondían un juguete para ver mi reacción, lo más extraño de todo es que sabía que juguete me faltaba y en que fila estaba el juguete, desde niño ya era perfeccionista (por no llamarlo de otra forma).

Mi primer beso lo di cuando iba en tercero de primaria, fue con la hermana del que fuera en ese entonces mi mejor amigo, era más chica y aun así me valió madre y le di un beso, el cual lo recibió con gusto, desde entonces ya era un calenturiento y besaba rico.

Algunas veces mis papas y una tía que es a toda madre me dicen Wincho, desconozco de donde salió ese nombrecito, mi teoría está basado en que es por las letras de mi nombre, no dejo que nadie más me diga así, por alguna extraña razón solo personas importantes en mi vida dejo que me lo digan.

Mi primer y único momento homosexual fue en la primaria, un hijodepu que siempre chingaba a todo pendejin que se le atravesara en su camino se pinto los labios con gis y me dio un beso en plena clase, todos se rieron de mí, hasta la pendeja de la maestra, lo peor de todo es que hasta ahora no sé nada de él (que puto), ya enserio, esa vez si me dio mucha pena que me besaran en plena clase y que no pude darle un madrazo al wey, pudo más mi pena que mi hombría, pero que bien besaba el wey.

A pesar de ser ateo tengo comunión, confirmación y claro estoy bautizado, de niño no pidieron mi opinión si quería o no hacer todas estas chingaderas, solo me mandaron a la de a huevo al catecismo a escuchar platicas pedorras de la vida o gracia del mismísimo Chuchin alias el Cristo, ya mas peludito tome la firme decisión de no pedirle favores a este wey.

Mi primera película porno lo vi en casa de Emanuel, como casi todos los días nos escapábamos de la escuela y nos íbamos a ver películas porno en casa de este wey, ya había escuchado de estas famosas películas, pero no tenía ni idea de cómo eran, después de ver mi primera porno me di cuenta que no era el único en tener la pilinga así, me quede más tranquilo al saber que no estaba hinchado y que tenia de mas, a la semana de estar viendo porno se nos hizo muy aburrido ver lo mismo, así que optamos por entrar a clase.

Mi primera peda fue cuando ya estaba bastante peludito, lejos de lo que varios creen empecé a probar alcohol entrando a la primaria, no ya enserio, fue al segundo semestre de la universidad, ni en la secundaria, a pesar de ser un puberto precoz jamás se me paso por la mente de ponerme una peda, mucho menos en la prepa, la verdad que era un wey sano y deportista, ha qué tiempos aquellos, con decirles que estuve por tres años en la selección de mi estado representándolo a nivel nacional.

Ya me dio hueva escribir mis intimidades (ha canijo) luego seguiré con más cosas que les vale madre saber.


Medorio.



Los años chaqueteros v2.1



Después del sonoro no mames de los niños cantores de Viena, los metiches del otro salón y los del nuestro no paraban de gritarnos y reírse de nosotros, esto llamo la atención del hijodepu del prefecto el cual con una risa sarcástica ya pensaba en el castigo, el cual era lavar los piches baños, el castigo no era del todo mal, ya que te alejaba de las clases y sobre todo de las pendejadas que nos iba a decir el “suave”, este personaje era un maestro que nos daba educación vocacional, era responsable junto con otra maestra de hacer el altar, el “suave” recuerdo que nos hablaba de superación personal peor que las mamadas que dice Cuauhtémoc Sánchez, de planear nuestro futuro, de valores y otras ternuritas mas, el cual este wey lo practicaba muy bien con la Miriam que iba en nuestro grupo, esta vieja en eso tiempos, para unos weyes pubertos y calenturientos como lo éramos y lo seguimos siendo, si nos parecía que estaba bien buena y sabrosa, con unas buenas nalgas y tetas mucho más desarrolladas que el resto de las viejas del salón, lo mejor que tenia la Miriam era su gran corazón, dejaba que los pobres calenturientos que no teníamos vieja y creo que los que tenían también, la manociáramos hasta aburrirnos, que buena era la pinche Miriam, lástima que se puso gorda, en esos tiempos corría el rumor que la Miriam y el “suave” le ponían sabroso, el cual solo quedo en rumor hasta después que se lo confesó a Edgar que también se la estaba merendando.

Cuando nos toco “lavar” los baños a causa del desmadrito del altar, recuerdo que fue por sorteo, ninguno de los cuatro quería lavar el baño de mujeres, y no por putos sino porque se decía que ese dichoso baño estaba más sucio que la mente de los cuatro, así que a falta del interventor de la secretaría de gobernación se decidió en un rotundo disparejo que wey lavaba el baño de mujeres, como ese día la suerte me había dado la espalda decidió recompensarme con salir primero del disparejo eso me dio ventaja de decidir que baño lavar, el otro “afortunado” fue Emanuel, los otros dos chotines a pesar de haber perdido no estaban muy de acuerdo con la decisión, el cual nos valió madre y nos metimos al baño de hombres para empezar a “lavarlos” antes que nos ganaran estos cabrones, la verdad es que “nunca lavamos” esos baños, por dos horas nos cambiamos de nombre, osease nos hicimos pendejos, solo nos limitamos a abrir las llaves para que se tirara el agua y dar la impresión de haber lavado, con el agua hasta la cintura decidimos que ya estaba bien lavado el baño y dimos por terminado nuestro castigo, la sorpresa que nos llevamos al salir fue ver a Edson y a Edgar que en verdad estaban lavando el baño, estos pendejos se habían tomado muy enserio su papel de intendente el cual después de enterarse de lo que habíamos hecho lo único que pudieron decir fue un no mames con todo de sorprendidos, mas tarde nos confirmaron el rumor de que las pinches viejas eran bien sucias, tenían su baño hecho un asco, kotex hasta la madre de sangre tirados por todas partes, aun teniendo bote de basura no lo usaban, los inodoros hasta la madre de mierda, y las paredes con poemas donde decían que vieja era más zorra que la otra, quien ya le había puesto con quien, y otras ternuritas mas.

Al día siguiente nos enteramos que los baños no tenían agua, habíamos vaciado los tinacos a causa de nuestra noble labor, después de eso jamás volvimos a lavar baños, nos limitábamos en solo ensuciarlo.


Medorio.





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