Los años chaqueteros v2.1



Después del sonoro no mames de los niños cantores de Viena, los metiches del otro salón y los del nuestro no paraban de gritarnos y reírse de nosotros, esto llamo la atención del hijodepu del prefecto el cual con una risa sarcástica ya pensaba en el castigo, el cual era lavar los piches baños, el castigo no era del todo mal, ya que te alejaba de las clases y sobre todo de las pendejadas que nos iba a decir el “suave”, este personaje era un maestro que nos daba educación vocacional, era responsable junto con otra maestra de hacer el altar, el “suave” recuerdo que nos hablaba de superación personal peor que las mamadas que dice Cuauhtémoc Sánchez, de planear nuestro futuro, de valores y otras ternuritas mas, el cual este wey lo practicaba muy bien con la Miriam que iba en nuestro grupo, esta vieja en eso tiempos, para unos weyes pubertos y calenturientos como lo éramos y lo seguimos siendo, si nos parecía que estaba bien buena y sabrosa, con unas buenas nalgas y tetas mucho más desarrolladas que el resto de las viejas del salón, lo mejor que tenia la Miriam era su gran corazón, dejaba que los pobres calenturientos que no teníamos vieja y creo que los que tenían también, la manociáramos hasta aburrirnos, que buena era la pinche Miriam, lástima que se puso gorda, en esos tiempos corría el rumor que la Miriam y el “suave” le ponían sabroso, el cual solo quedo en rumor hasta después que se lo confesó a Edgar que también se la estaba merendando.

Cuando nos toco “lavar” los baños a causa del desmadrito del altar, recuerdo que fue por sorteo, ninguno de los cuatro quería lavar el baño de mujeres, y no por putos sino porque se decía que ese dichoso baño estaba más sucio que la mente de los cuatro, así que a falta del interventor de la secretaría de gobernación se decidió en un rotundo disparejo que wey lavaba el baño de mujeres, como ese día la suerte me había dado la espalda decidió recompensarme con salir primero del disparejo eso me dio ventaja de decidir que baño lavar, el otro “afortunado” fue Emanuel, los otros dos chotines a pesar de haber perdido no estaban muy de acuerdo con la decisión, el cual nos valió madre y nos metimos al baño de hombres para empezar a “lavarlos” antes que nos ganaran estos cabrones, la verdad es que “nunca lavamos” esos baños, por dos horas nos cambiamos de nombre, osease nos hicimos pendejos, solo nos limitamos a abrir las llaves para que se tirara el agua y dar la impresión de haber lavado, con el agua hasta la cintura decidimos que ya estaba bien lavado el baño y dimos por terminado nuestro castigo, la sorpresa que nos llevamos al salir fue ver a Edson y a Edgar que en verdad estaban lavando el baño, estos pendejos se habían tomado muy enserio su papel de intendente el cual después de enterarse de lo que habíamos hecho lo único que pudieron decir fue un no mames con todo de sorprendidos, mas tarde nos confirmaron el rumor de que las pinches viejas eran bien sucias, tenían su baño hecho un asco, kotex hasta la madre de sangre tirados por todas partes, aun teniendo bote de basura no lo usaban, los inodoros hasta la madre de mierda, y las paredes con poemas donde decían que vieja era más zorra que la otra, quien ya le había puesto con quien, y otras ternuritas mas.

Al día siguiente nos enteramos que los baños no tenían agua, habíamos vaciado los tinacos a causa de nuestra noble labor, después de eso jamás volvimos a lavar baños, nos limitábamos en solo ensuciarlo.


Medorio.





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