Choco aventuras de Axila: “el sorteo”



Cuando era puberto cualquier pretexto era bueno para hacer fiesta o por lo menos para reunirte con tus cuates, recuerdo que era un grupo muy unido, solo dos que tres chotitos no asistían y una que otra vieja aburrida y jodida.

En una ocasión se hizo en casa de Claudia, la clau como le decíamos no es bonita ni esta buena pero por alguna extraña razón me gustaba desde que íbamos en la primaria, así que con mayor razón no podía faltar a esa pinche reunión, todos empezaron llegar a la hora señalada, uno de los primeros en hacerlo fue Sergio, de hecho nos extraño su puntualidad, este wey a pesar de ser el más grande de edad del salón era bien mierdita en todo los sentidos tanto físico como psicológico (ha canijo) recuerdo que me gustaba pararme alado porque me sentía alto, y no es que lo sea, pero si daba esa impresión. Le preguntamos para que madre traía regalo si solo era una simple reunión y no un cumpleaños (si lo fuera no llevaría regalo el wey), el pendejin en cuestión nos decía que era para un concurso que iba hacer cuando todos ya estuvieran aquí, (luego de patearlo y darle pamba por la mamada que pensaba hacer) nos explico bien cuál era su maquiavélico plan.

Resulta que este culerito lo tenía planeado todo, desde el regalo hasta el sorteo (fíjense la mentalidad de este cabron) los papelitos para el sorteo supuestamente tenia los nombres de todos los presentes, el cual el ganador seria el tercero en salir y como este hijito de la chingada ya sabía dónde estaba el nombre del ganador de todo este desmadrito el cual era nada más y nada menos que el mismísimo Axila, a huevo, cansado del olor que despedía este wey decidió hacer esta mamada de sorteo, donde el premio consistía en el regalo que traía en la mano el cual contenía limones partidos, un jabón rosa venus y un desodorante en roll-on marca de calidad chedraui.

Que crueles solíamos ser o seguimos siendo, tan fácil era como decirle a este wey que le rechinaba la bisagra, que le rugía el sope, que le olía a camarón, etc., etc., pero no, todo se resumía en hacer sentir mal al Axila (ahora saben porque el eufemismo), que habrá sido de su vida, lo último que supe de este wey era que ya se había casado y se estaba llenando de Axilitas, y del culero del Sergio hace varios años pendejeando en la playa con Edson lo vimos bien cambiado, había crecido, le metió duro al gimnasio y a los anabólicos, nos conto de sus planes de ser artista, estaba por irse en unos días a México para convertirse en actor, también nos conto de sus planes de hacer un show de stripper al cual llamaría “únicamente hembras”, le pregunte ¿solo para mujeres?, ¿Y qué pasa si uno que otro puñal quiere ver el show?, se limito a contestar en que tendrían que disfrazarse de vieja para poder ver el show, nos despedimos de el riéndonos de sus mamadas de ser actor y por querer hacer ese show de stripper, el cual pensamos que nunca funcionaria.


Medorio.



Los años chaqueteros v2.0



Corríamos hacia el portón, uno por uno para evitar sospechas, el último que se quedaba era escogido al azar, era el que corría más riesgo, su función era avisar si venia algún maestro o peor aun el prefecto, ese hijito de la chingada que disfrutaba mucho poniendo castigo a todo aquel que se portara mal y no obedecía las reglas, recuerdo una vez cuando nos puso a lavar los baños, a esa edad y más en la secundaria era lo peor que te podía pasar, bueno, más bien la segunda ofensa más grande que te podía pasar, claro, después de que tu mama vaya a la escuela se meta a tu salón y se le ocurra hablar de religión, esto todavía no nos había pasado solo a nuestro cuate axila que después contare sus choco aventuras, nuestras mamacitas santas todavía no llegaban a ese grado, se presentaban cuando era entrega de boleta el cual sufrían mucho e iban con cierto miedo, una por que no querían saber nuestras grandiosas calificaciones y otra por que los pinches maestros hacían catarsis al contar todo el desmadrito que hacían sus ilustres hijos, a veces evitábamos esa pena a nuestros padres, como hijos buenos y consientes del daño emocional que esto les ocasionaba no les avisábamos de las dichosas juntas, después falsificábamos las firmas para que nos pudieran entregar las boletas, desde entonces ya éramos buenos samaritanos.

La única vez que “lavamos” un baño fue porque al wey de Emanuel se le ocurrió jugar base ball, esto se puede tomar como buena idea, por ser una actividad sana, pero proviniendo de este cabron que era bien vándalo creo que no lo era, su grandiosa idea de jugar base ball no era en la cancha lo cual iba a ser más extraño porque en la secundaria pinchurienta no contaba con cancha de base ball mucho menos con el equipo necesario para este deporte, a falta de equipo y de cancha su grandiosa idea era usar el salón como cancha, la verdad que era buena idea, solo que el pinche altar que se encontraba casi en el centro del salón nos reducía el espacio para jugar, otra idea más brillante surgió en ese momento, con todo el sarcasmo dije: y si movemos el altar, lejos de las patadas que acostumbrábamos dar por decir una mamada y media el cual ya me lo esperaba, mi comentario les pareció bueno, sin pensarlo ahí estábamos los cuatro pubertos empujando un pinche altar lleno de hoyas con comida, agua y una que otra fruta, debo reconocer que la idea era buena, de verdad que sí, todo iba bien hasta que Edgar no aguanto el peso y dejo caer todo, solo se escucho unas cuantas hoyas romperse, frutas cayendo al piso, y un sonoro no mames que fue dicho en coro, después de todo este wey no tenía la culpa de haber soltado la mesa donde estaba parte del altar, era de esperarse al cargar con un solo brazo ya que el otro lo tenía con yeso por darse en la madre cuando se le atravesó un poste, ese día del accidente con el poste estuvo bien cagado, después de llevarlo al hospital y del susto al ver el brazo de Edgar todo doblado no parábamos de reírnos por el santo madrazo que se llevo, pero esa es otra historia.


Medorio.



Ya no hay limbo


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Con la problemática del aborto y de los padres que no bautizan a sus chiquitos (sin albur) la gran institución que es la iglesia decidió quitar el limbo, por los huevitos del papa y sus secuaces se les antojo quitar esta madre, al escuchar esto lo único que pude decir es: no mames, no mames, me dio tanta ternura que pensé por fin voy a dormir tranquilo, si me llega a pasar algo iré directamente al cielo, bueno, en mi caso primero iré a chingar a mi madre y después al cielo.

No entiendo el afán de la iglesia católica por desvariar tanto, por tener dogmas tan pinches y una mentalidad tan cerrada que lo único que provocan es que los creyentes inocentes cambien de religión. Porque creen que las religiones como los testículos de Jehová, los mamo…mormones, y demás hartas de chingaderas están teniendo más auge, y hasta se puede decir que están de moda o es lo in, es a consecuencia que los católicos ya no están convenciendo, sus ideologías son más viejas que los huevitos del papa.

La verdad no tengo la mas mínima idea de cómo funcionan las otras religiones, y ni falta me hace saber, soy feliz siendo ateo, sin preocuparme y evitar la hueva de ir a misa, pagar el diezmo, escuchar discursos chafas de weyes que se creen representante de dios, darme golpes de pecho y la vez estar chingando al prójimo, ahora todo es negocio, por eso y mas no creo en las religiones, mucho menos en ese dios que se hace wey viéndonos como nos damos en la madre.


Medorio.

Para hombres que dejan huella

Si ya estas harto que tu cuarto huela a diablo, osease a azufre, aquí está el nuevo aroma a “Chuchin”, para que sientas paz y tranquilidad que tiene la iglesia y sin salir de casa, si, lo leíste bien, sin salir de casa, próximamente en roll-on.

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“Chuchin, la esencia del hombre”…


Medorio.

Consejo del día



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No confíen en Carlos Slim, su plan maquiavélico lo está convirtiendo en el segundo wey con mas baro que el mismísimo Tomas y Güicho Domínguez juntos, no le basta con monopolizar la comunicación en México y ahora lo quiere hacer vendiendo balones jodidos que solo duran cinco minutos y después quedan inservibles, esto hace que los consumidores vayan por más balones y cada vez aumenta el capital que tiene este wey.

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Evidencia clara y contundente de lo jodido que está su producto.


Medorio.




Por alguna razón tuve que ir a comprar a la mega metrópolis de Minatitlán, ¿porque compre ahí?, son una de las cosas que les vale madre saber, desde que iba por la carretera todo empezó mal, por motivos de incendio tuve que dar una pinche vuelta para llegar a esta metrópolis y todo porque las súper mentes de los pendejos de transito se les ocurrió desviar a unos metros de donde se encontraba el incendio, los pendejos estos no pensaron que sería mejor y más fácil hacerlo al inicio de la carretera, para que madre dejan pasar a los carros y kilómetros después los van a regresar, se me hace una reverenda idiotez, pero bueno que se puede esperar de estos pendejos.

Después de un buen tramo y llevarme más de lo normal del tiempo que me puede llevar llegar a esta metrópolis, me encontré con otro problema aun mayor, las pinches calles de este rancho aparte de estar jodidas están mal trazadas, lo hicieron como se les hincharon sus huevos, para poder estar del otra lado del camellón tienes que dar una pinche vuelta porque no hay retornos, en verdad se me hace una mamada dar vueltas a lo pendejo para estar del otra lado del camellón.

Ahora pienso que ese día no debí salir, después de llevarme como tres horas en la tienda a lo puro wey porque nadie me quería cobrar o no había nadie que lo hiciera, mejor me fui de ahí e irme de este jodido rancho, mi mala suerte no quedo ahí, me lleve la sorpresa que el carro no arrancaba, porque tuvo que pasar en este pinche rancho, tal vez sea justicia divina o castigo de dios, pero que no chingue, lo hubiese hecho en otra lado porque ahí, después de miles de intento de arrancar el carro y revisar el motor, en esta parte sigo sin entender porque abrí el cofre, si no se ni madre de mecánica, pero recordé todo lo que he aprendido viendo “Pimp My Ride” (los que estudiaron en escuela de gobierno eso quiere decir “enchúlame la maquina”), quien dice que la tele no te enseña nada bueno, revisando el carro me di cuenta que era la batería, llegue a esa conclusión porque estaba tirando cierto liquido o como dirían los mecánicos tá tirando el acido, en este punto me encontraba en un dilema, caminar cinco cuadras para llegar a la otra tienda y comprar la batería con el sol a todo lo que daba, o entrar otra vez ala pinche tienda y comprarlo ahí, el cual me chutaría otra hora más para que alguien me cobre, mejor decidí darles otra oportunidad (no, la verdad es que me dio hueva caminar), en esos momentos ya no esperaba nada, todo lo que viniera me daba lo mismo, había llegado a la conclusión de ya no regresar a este pinche rancho, y la que por fin me atendió apoyo mi conclusión, después de decirle a esta vieja un chingo, si, un chingo de veces el modelo de la batería, no lo encontraba, no sé cómo lo buscaba, si estaba enfrente de ella, ya sabía que estaba el modelo ahí, pero solo quería seguir viendo su frustración por no encontrarlo, hasta que me dio hueva verla así y ya le dije que es el que acabada de poner en el piso, pueden decir que todo quedo ahí, pero no, esta vieja quería seguir demostrando lo brillante que es, notaba que veía una y otra vez la batería, le daba vueltas y vueltas como buscando algo, era más mi morbo de saber qué es lo que buscaba que en querer ayudarla, no pude aguantar más y le pregunte cual era el problema, entonces sucedió, en mi vida no había visto tal derroche de sabiduría, en ese momento creí que dios existe, todo lo que sabía hasta ese momento estaba lejos de lo acababa de escuchar, la pendeja en cuestión me dijo que buscaba el modelo y solo había encontrado estos dos del cual no sabía cuál era, uno decía mod. L-42-500 y el otro CA 625 A, en ese momento mi vida cambio con tanta sabiduría, y como soy un buen samaritano, como siempre (palabra prohibida) he sido en toda mí pinche vida, le dije de una forma bondadosa y con un tono humanitario:

Medorio: - el modelo es L-42-500, si ahí dice, el otro es la corriente de 625 ampere, pero veo que la corriente eres tú.

Mujer brillante: - idiota.

Medorio: - eso me pasa por querer ayudar, oye la garantía es para hoy qué esperas para hacerlo.

Mujer brillante: - tengo que hacerlo bien, si no es el modelo luego vienen a reclamar.

Medorio: - que parte de donde dice modelo no entiendes.

Mujer brillante: - ya llame a alguien que ha llenado la póliza de garantía.

Medorio: - será que para navidad ya este.

Segunda mujer brillante: - mira, aquí pones el nombre del comprador y el modelo de lo que está comprando y ya, eso es todo.

Medorio: - neto, de verdad es todo, no mames, que fácil es.

Mujer brillante: - solo quiero saber el modelo de la batería.

Segunda mujer brillante: - ijolesss, eso si no se.

Medorio: - (pensando, de estas dos pendejas no se hace una) – oye ya déjalo así, solo cóbrame me vale madre la garantía.

En esos momentos solo quería irme de ahí, poner la batería nueva y mandar a la chingada a ese pinche rancho jodido por tener gente tan pendeja.


Medorio.



Quiero pedir disculpa a todos los meseros del mundo



Cuando vas a comer en algún lugar y después de pagar la cuenta te encuentras con un gran dilema, si dejar propina o no, si decides dejar, la pregunta es ¿Cuánto dejar?, ¿Qué cantidad es aceptable para no verte mal o miserable?, y si no dejas es el mismo resultado sigues siendo un miserable por no dejar.

Recuerdo cuando salía con una vieja que fue mesera en algún tiempo, al pagar la cuenta siempre me decía si había dejado propina o antes de levantarnos me decía que yo dejara propina, la verdad no me incomodaba pero pensaba y me pregunta una y otra vez cuanto dejar, estos recuerdos volvieron por que hace poco fui a cenar con una agradable compañía, y me hice la misma pregunta nuevamente, ¿cuánto dejar?, y como hace poco vi la película Reservoir Dogs me dije vale madre no dejo nada, que razón tiene el Sr. Rosado.

Aquí una parte de la conversación acerca de las propinas:

Eddie: - muy bien, todos larguen un verde para la señorita. Vamos, aporta un dólar.

Sr. Rosado: - yo no dejo propinas.

Eddie: - ¿no dejas propinas?

Sr. Rosado: - no creo en eso.

Eddie: - ¿no crees en dejar propinas?

Sr. Azul: - ¿sabes cuánto ganan estas chicas?, ganan una mierda.

Sr. Rosado: - si no gana suficiente, puede renunciar.

Eddie: - no sabía que un judío de mierda tendría las pelotas de decir eso. Deja que entienda esto bien, ¿tú nunca dejas propina?

Sr. Rosado: - no dejo propinas porque la sociedad dice que debo hacerlo. Si alguien realmente se lo merece, le doy algo extra. Pero esto de dejar propina automáticamente, es para los pájaros. En lo que a mí concierne, están haciendo su trabajo.

Sr. Azul: - esta muchacha fue amable.

Sr. Rosado: - estuvo bien. No fue nada especial.

Sr. Azul: - ¿Qué es especial?, ¿Qué te lleve atrás y te chupe la verga?

Eddie: - daría más del 12% por eso.

Sr. Rosado: - pedí café, ¿sí?, solo me lleno la taza tres veces. Yo quiero que me la llene seis veces.

Sr. Rubio: - ¿seis veces?, bueno, ¿y si esta jodidamente ocupada?

Sr. Rosado: - “jodidamente ocupada” no debería ser parte del vocabulario de una mesera.

Eddie: - perdona, Sr. Rosado, pero lo último que necesitas es otra taza de café.

Sr. Rosado: - estas mujeres no se mueren de hambre. Cobran sueldo mínimo. Yo trabajaba por sueldo mínimo y cuando lo hice no tuve la suerte de tener un trabajo que según la sociedad merecía propina.

Sr. Azul: - ¿no te importa que cuentan con tus propinas para subsistir?

Sr. Rosado: - ¿sabes qué es esto? (frotando el dedo medio con el pulgar). El violín más pequeño del mundo y toca solo para las meseras.

Sr. Blanco: - no tienes idea de lo que dices. Esta gente se rompe el lomo. Este es un trabajo duro.

Sr. Rosado: - trabajar en McDonald’s también, pero no sientes que debes darles propina. Te sirven comida, pero la sociedad dice: “no den propina a esta gente aquí, pero si a estos”. Eso es pura mierda.

Sr. Blanco: - ser mesera es la ocupación numero uno para mujeres no graduadas en universidad en este país. Es el único trabajo básicamente que una mujer puede conseguir y ganarse la vida. La razón es gracias a las propinas.

Sr. Rosado: - olvídate de todo eso. Lamento mucho que el gobierno les cobre impuestos sobre sus propinas. Eso es una mierda. No es culpa mía. Parecería que las meseras son uno de los muchos grupos que el gobierno jode por atrás en forma regular. Muéstrame un documento que diga que el gobierno no debe hacer eso, lo firmare. Votare por eso. Pero lo que no hare es seguirles el juego. Y esa basura de no universitarias, dos palabras: aprende mecanografía, carajo. Si esperas que yo ayude con el alquiler, te espera una gran sorpresa.

Sr. Naranja: - me convenció. Devuélveme mi dólar.

Eddie: - eh. Deja los dólares ahí.


Medorio.


Los años chaqueteros v1.0



Ayer me lleve una gran sorpresa, me visito Edgar, ¿que quien madre es Edgar?, es un gran amigo, uno de mis hermanos, tenia años de no verlo, de no saber de el, me alegro mucho saber que estaba bien, que goza de buena salud y de buena posición económica, en conclusión le ha ido poca madre, solo pudimos platicar por unas horas estaba de paso y decidió asomarse por la casa y ver si estaba, cosa del destino que si me pudo encontrar, entre platica y recuerdos de aquellos años en la secundaria, aquellos años que nos hacíamos una puñeta a diario, claro cada quien en su casa y por separado, nos dimos cuenta que a pesar de todo el tiempo que ha pasado nos seguimos llevando igual, como si el tiempo no ha pasado, a pesar de tener “responsabilidades” seguimos siendo los inmaduros, los niños de siempre, es una lastima que no nos podemos reunir los cuatro amigos, en algún tiempo solo nos vimos tres, por alguna extraña razón no podemos coincidir, ya saben nuestras múltiples ocupaciones.

Recuerdo cuando nos conocimos, éramos unos pubertos calenturientos y creo que todavía lo somos, al primero que conocí fue a Edson, de hecho desde la primaria y por cosa otra vez del pinché destino me encontré a este cabron en la secundaria, el es el chistoso del grupo, el que divierte a todos con sus pendejadas, lejos de ser el clásico payaso mamon sus chistes tienen un grado de simplicidad, humor blanco que cae en gracia a todo aquel que lo escucha, de los cuatro los dos somos los que mas convivimos, de vez en cuando viene por un par de días y salimos a empedarnos, a recordar todas la idioteces que hemos hecho y que seguimos haciendo, a pesar de estar relativamente cerca no viene seguido por su trabajo, es músico salsero, reguetonero y chunchaquero de corazón, por lo que he escuchado es bueno y le gusta mucho lo que hace, es toda una celebridad en Villahermosa.

Edgar es el castroso del grupo, su humor es mas complicado a veces son pocos los que lo entienden, cuando te encuentra algo se puede pasar días con lo mismo, a veces puedes llegar a ser su botana, a pesar de eso tiene pegue con las viejas, y desde la secundaria recuerdo que ha triado buenas nalgas, cosa que a nosotros nos ha convenido desde entonces, lo poco que pudimos platicar es que ya esta por terminar la carrera de electrónica, trabaja cómo inge el wey en una empresa de cd. Juárez, me alegro saber que no es narco ni mucho menos el asesino de las muertas de Juárez.

Emmanuel es el rudo del grupo, el pasado de riata, a pesar de ser un buen amigo a veces solía ser demasiado torpe, demasiado tosco en sus movimientos, era el gordo del grupo, años después lo vi ya delgado, hasta ahora no se sabe nada de el, lo ultimo que supe es que vive en hermosillo con su familia, trabajaba de barman, dejo sus estudios con la esperanza de retomarlo algún día, ojala que ya lo haya hecho, esperamos algún día tener noticias, saber que esta bien y que sigue siendo el hijo de la chingada impertinente que queremos como hermano.


Medorio.


Historia macabrona: “Es que es rependeja”



El otro día saliendo del centro comercial (ha canijo) dispuesto a pagar los ocho pesos respectivos al estacionamiento cosa que se me hace una mamada pero bueno ya que, delante de mi solo estaba una vieja de unos cuarenta y algo la verdad no lo conté, esta jovenzuela insistía en meter las monedas pero nomás no los aceptaba la maquina, lo fue haciendo por mas de un minuto y nada, fue tanta su insistencia que pensaba que después de cinco intentos la maquina iba aceptar la moneda, pues no, así que mejor decidí ser un buen samaritano y ayudar a esta “teenager”, la verdad es que ya me tenia hasta la madre.

El problema no era las monedas, mas bien que la pendeja no había insertado la tarjeta, cosa que deduje desde el principio, y sobre todo por que en la maquina decía con letras enormes insertar tarjeta, el caso es que a pesar de mi ayuda la pinche vieja no paraba de meter las monedas y obviamente obtenía el mismo resultado, la maquina le seguía escupiendo las monedas, casi casi diciendo, vieja pendeja primero meta la tarjeta ¿acaso no sabe leer?, hasta aquí todo puede pasar, se puede tomar como un descuido al querer pagar rápido uno no se toma la molestia de leer, pero no es el caso, y esto fue lo realmente paso:

Medorio: - primero debe meter la tarjeta.
Teenager: - (con cara de pendeja) – cual tarjeta.
Medorio: - (calmado, calmado, es mujer) – la tarjeta que agarro en la entrada.
Teenager: - (con mas cara de pendeja) – ¿en la entrada?, no me dieron ninguna tarjeta.
Medorio: - (ha cabron) – entonces, ¿como metió el carro?
Teenager: - (todavía sin quitar la cara de pendeja) – ¿cual carro?
Medorio: - (que pendeja) – para empezar ¿trajo carro?
Teenager: - (la cara de pendeja es natural) – no, me vine en taxi.
Medorio: - (no me chingues) – entonces por que esta pagando, si no trae carro.
Teenager: - (enserio es natural esa cara de pendeja) – ha, no se paga aquí la entrada.
Medorio: - (no mames, no mames) – no, aquí es para pagar el estacionamiento, la entrada es gratis.
Teenager: - (de verdad que si es natural la cara de pendeja) – haaa.
Medorio: - (lo que hace la ignorancia).

Pensando un poco en lo que paso, una de dos, la teenager es demasiado honesta y antes de meterse al centro comercial (ay wey) decidió pagar la entrada o es rependeja, rependeja.


Medorio.


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