EL otro día soñé que estaba cenando unas ricas quecas con la sabrosa de Kim Kardashian, ahí me ven en plena cena convenciéndola para que soltara algo, total que insistí como media hora hasta que acepto, en chinga tome mi agua de horchata y pedí la cuenta, con la prisa ni espere el cambio, solo pensé, pinche mesero se fue rallado con mi billete de 200 pesos, ni pedo, me dije, ando urgido.
Nos paramos en la esquina a esperar un taxi, en otro momento y en otro día hasta te esperan para ver si te decides a tomar el taxi o no, y precisamente ese día ni un puto taxi pasaba, comenzaba a desesperarme, tenia que pasar uno antes de que esta vieja se arrepintiera, con el trabajo que me costo convencerla no podía perder esa oportunidad de ponerle con Kim Kardashian.
Por fin paso un taxi, estaba tan desesperado que casi casi empuje a Kim para que se subiera, -buenas noches a donde los llevo, pregunto el taxista, era un señor ya mayor muy agradable, de esos señores que te dan confianza desde el primer trato, -nos lleva al secreto por favor, le respondí al viejito, que en todo el camino nos iba contando de la fiesta de quince años de su nieta que estaba planeando desde ya hace varios meses, solo le faltaba pagar el vestido verde verde bonito extra doble grande, que su nieta obesa mando a fabricar en una empresa de lonas.
Para desesperarme mas todavía, el viejito dio mas vueltas que nada, supongo para cobrarme mas, creo que con eso terminaba de pagar el vestido verde verde bonito de la pinche gorda, lastima que ya no había camiones a esa hora, pensé, y rematando mi mala suerte, al llegar al motel me dicen que ya no había habitaciones disponibles, no mames, no mames, solo mire al cielo, fruncí el seño y grite, -¿por que me odias tanto señor?, mi catarsis fue muy parecido a como lo había hecho ya varios ayeres el mismísimo pepe el toro, pero con mi agilidad mental ninja que me caracteriza, enseguida pensé a donde si era seguro encontrar una habitación, -Alfred, al vaivén por favor, y como lo pensé, ahí si encontramos habitación.
Asu madre, Kim comenzó a bailar muy seductoramente, nunca supe de donde saco el baby doll que traía puesto, que con solo verla ya me estaba viniendo, pero aguante como todo un semental, ella estaba muy metida en su papel de bailarina, que llego un punto donde le dije, -yaaa, no mames, quiero chichis, nalgas, todo, ven a la cama, apúrate, y creo que entendió, porque poco a poco empezó a subirse a la cama, con un movimiento lento iba sobre mi, restregando sus chichotas sobre me cuerpo, hasta llegar cara a cara, ya no estaba prendido, estaba lo que le sigue de eso, estaba a punto de besarla y agarrarle las nalgas, entonces sucedió, me despertaron.
Su puta madre, no mames no mames, a chingar a mi madre, ¿por que dios?, ¿por que?, dímelo dios quiero saber, en serio, ¿por que?, solo porque soy ateo me odias tanto. Fue una amiga la que me despertó, lo había hecho para avisarme que debíamos ir temprano a desayunar unas gorditas, desde ese día odio a mi amiga y a las gorditas, bueno no tanto así, pero si, desde ese día mi vida no ha vuelto a ser la misma.