Con la hueva que tenía no me dieron ganas de salir, sentado nuevamente en el sillón de los recuerdos, ese sillón viejo y polvoriento, herencia del abuelo, me provoco recordar cosas estúpidas que creía haber olvidado.
Una vez iba con dos tíos caminando por la calle, un puto salía de una cantina y nos grito: “adiós el de en medio”, ya se imaginaran quien iba en medio.
La primera vez que viví solo, por alguna razón empecé a extrañar a la familia, me sentía muy triste, me preguntaba: ¿qué madre hacia aquí?, minutos después fui por unas chelas para celebrar que ya vivía solo.
El tiempo más corto que he andado con alguien fue tres días, de los cuales, dos no la vi y al tercer día (casi, casi, como Chuchin) termine con la relación (si se pudo llamar relación, si ni siquiera me la faje), en que estaba pensando al andar con esa vieja, misterio.
Cuando fui por primera vez de campamento, estaba muy mojón, usaba tenis de botines, las agujetas estaban muy largas y se desamarraban seguido, así que un tío los amarro muy fuerte para que ya no tuviera problema, estaba tan bien amarrado que cuando me los quise quitar ya no pude, dormí con tenis todo el tiempo que duro el campamento.
En la primaria la más bonita del salón (enserio era la más bonita), se sentaba atrás de mi, en ese tiempo tenía el cabello largo y el corte redondo (que pedo con mi corte), se la pasaba todo el tiempo jugando con mi cabello, me seguía a todas partes (desde niño ya causaba ese efecto en las mujeres), por lo mismo me hacían burla que era mi novia, hasta ella lo decía, y yo de pendejin para que ya me dejaran de hacer burla me atreví a maltratarla, empecé a molestarla al grado que en una ocasión la empuje de su silla, en ese momento ella tomaba refresco, quedo toda mojada en el piso (desde entonces ya causaba ese efecto en las mujeres), me acuso con la pendeja de la maestra, que para evitar más problemas nos cambio de lugar, con el maltrato y al estar a tres filas de distancia era lógico que ya no nos llevaríamos igual, al terminar la primaria la vi muy pocas veces, muchos años después, la vi caminando sola en la playa, llevaba un traje de baño demasiado corto que dejaba ver un tatuaje que se perdía en donde termina la espalda (que profundo ando), llevaba en una mano una chela y con la otra marcaba mi numero desde su celular (al menos eso imagine que hacia), la mire fijamente y me di cuenta que con el tiempo se había puesto más bonita y sobre todo se había puesto bien buena, no podía creer que después de tanto tiempo sin verla me la iba a encontrar y de qué forma, no me atreví a hablarle (que pendejo), solo me limite en ver como se iba alejando el prototipo de “mujer perfecta”, si alguien me hubiese dicho que se iba a poner así, sería el primero en cuidarla y no alejarme de ella, snif.
Cuando por fin bese a una amiga que me gustaba mucho, al terminar de besarnos ella empezó a vomitar, desde ese día ya no nos volvimos a ver, hasta ahora no sé cuál fue la causa de que haya vomitado, queda la duda (sin albur) si fue por el beso o por las chelas que nos habíamos echado, otro misterio mas.
En una fiesta que hicimos en casa de una vieja que mide dos metros (bueno exagere, pero si es un ropero la pinche vieja), deje solo a mi amigo para que se lo fajaran, ya todos se habían ido y por alguna extraña razón nos habíamos quedado cuatro personas entre ellos mi amigo, el ropero dueña de la casa y otra vieja que también iba en el salón, esta ultima había subido a dormir, yo me disponía a irme con mi amigo cuando de repente, veo que este wey estaba con la vieja, era la primera vez que veía a una vieja fajarse a un wey, solo veía los pies de mi amigo que flotaban en el aire y no hacía nada para zafarse de ella, que cagado se veía esa escena, salí de la casa sin parar de reír, hasta ahora mi cuate me reclama por dejarlo solo con el ropero.
Entrabamos al salón después de nuestra hora de educación física, odiaba ponerme short en la primaria, pero debía ponérmelo a la de a huevo, en lo que nos secábamos el sudor y buscábamos la ropa para cambiarnos en los vestidores, el wey de Edson empezó a gritar que olía a mierda, la verdad no me llegaba ningún olor pero le seguí la corriente, solo estábamos en el salón en ese momento cinco chamaquitos mojones, este wey seguía gritando que olía a mierda, iban entrando mas weyes al salón y uno que otro decía lo mismo, que olía a mierda, siendo sinceros nunca me llego el olor a mierda, aun así, también gritaba que olía a mierda, minutos después vimos al director entrar al salón acompañado por la mama de “las hermanas”, nos pidió que nos saliéramos todos, nos quería ver en las canchas, todos nos fuimos, menos las hermanas, una de ella parada volteando para todos lados, la otra seguía sentada, de hecho desde que entramos al salón estaba sentada, otro amigo nos empezó hacer señas para escondernos en el salón de alado, vimos salir a nuestra compañera envuelta con un trapo ayudada por su mama, así nos dimos cuenta que nuestra compañera se había hecho en pleno salón y de ahí el origen del mal olor, después de ver eso no comentamos nada de lo que vimos a nadie, no sé si estos dos weyes después de ver a nuestra compañera salir toda cagada, se sintieron mal por estar gritando que olía a mierda, al menos puedo decir que si me sentí mal por estar gritando, imaginaba que haría si estuviera en esa situación, desde ese día no podía faltar papel en mi mochila, al día siguiente nuestra compañera llego con su dotación de pañal, no crean, ya enserio, llego como si nada, reconocimos el valor que tuvo de regresar después de lo que había pasado, jamás comentamos nada de lo que habíamos visto, mucho menos a ella para no hacerla sentir mal, desde entonces ya éramos buenos samaritanos.
Caminando con dos amigos en las calles de Guadalajara, atrás de nosotros iban dos viejas bien buenas como las que se dan por esos rumbos, nosotros en la pendeja platicando lo que había sucedido la noche anterior y de los gritos porno que habíamos escuchado, cuando de repente una de ellas pregunta: ¿oye qué hora es?, yo muy educado me volteo hacia ella, muy propio le di la hora con una leve sonrisa, ella me quedo viendo sin poder disimular su risa, solo se limito a darme las gracias, después de eso en todo el camino soporte el castre de mis amigos, y todo porque la pregunta no era para nosotros, plop.
En una ocasión me baje a tirar el miedo en una gasolinera, la puerta del baño de hombres estaba cerrada, por más que empuje no se abría la pinche puerta, andaba cerca el encargado y solo me dijo que no podía abrir porque el baño únicamente es para clientes y se da la vuelta sin decir nada más. En verdad ya no aguantaba, ya estaba apunta de miarme, así que me valió madre entre al baño de mujeres, mi error fue no cerrar la puerta, orinando tranquilamente siento que alguien me agarra de los hombros diciéndome que no podía estar aquí, era el encargado y según él iba a llamar a una patrulla, me jalo por todo el pasillo del baño para sacarme, en ningún momento deje de orinar y como era de esperarse deje marcado mi territorio por todo el pasillo, cuando termine de miar, el encargado estaba bien encabronado y seguía diciendo que iba a llamar a los señores justicia, solo me reía y únicamente le dije que era bien pendejo, al final de cuenta el era el que iba a limpiar, tan fácil era dejarme orinar bien y llamar a la patrulla, no le costaba nada abrir el baño de hombres, hasta le iba a dar para sus chelas.
Medorio.