Pinches gordas
martes, febrero 13, 2007 by MeDoRiO X
Ayer fue un día completamente de hueva, lo cual es muy extraño en mi vida, los que me conocen dirán que es la primera vez que tengo un día así, y como es bien sabido me levante con toda la intención de ir a trabajar, pero la sorpresa que me lleve es que ese día no había trabajo, y para no perder mi valioso tiempo decidí entrar a una serie de conferencias acerca de la igualdad de la mujer y otras jaladas mas, la conferencia estuvo lleno de errores técnicos, había muchas interrupciones por parte del publico, lamentablemente en el afán de participar decían idiotez y media, o peor aun repetían lo que decía el conferencista, no recuerdo el nombre de este wey y la verdad me vale madre saber, la conferencia en partes era amena y en otras muy aburrido, sino fuera por unas pinches gordas que estaban a mi lado me hubiese dormido tranquilamente, pero no fue así.
Las pinches gordas en cuestión se la pasaron hablando en toda la conferencia, lo “pior” no fue eso, lo que si me llego a molestar, fue que las pinches gordas creían estar en el cine, tenían sus cacahuates, galletas, palomitas y no podría faltar su coca cola, eso si tenia que ser coca cola zero, a huevo, para que resbale toda la pinche grasa que se les cuelga en sus inmensas lonjas, hasta ternura me dieron, después una de ellas empezó a sacar los pedazos de cacahuates que quedaban en sus dientes y se los saboreaba nuevamente, apunto estuvo de arrancarme un brazo, si no fuera por mis reflejos ninjas casi me come la pinche gorda, y la otra seguía saboreando su coca cola zero para seguir guardando la línea, pero de las tres lonjas que le colgaban, pinches gordas por eso nadie las quiere.
Medorio.
Las pinches gordas en cuestión se la pasaron hablando en toda la conferencia, lo “pior” no fue eso, lo que si me llego a molestar, fue que las pinches gordas creían estar en el cine, tenían sus cacahuates, galletas, palomitas y no podría faltar su coca cola, eso si tenia que ser coca cola zero, a huevo, para que resbale toda la pinche grasa que se les cuelga en sus inmensas lonjas, hasta ternura me dieron, después una de ellas empezó a sacar los pedazos de cacahuates que quedaban en sus dientes y se los saboreaba nuevamente, apunto estuvo de arrancarme un brazo, si no fuera por mis reflejos ninjas casi me come la pinche gorda, y la otra seguía saboreando su coca cola zero para seguir guardando la línea, pero de las tres lonjas que le colgaban, pinches gordas por eso nadie las quiere.
Medorio.